martes, 10 de mayo de 2011

Como Ícaro...




Como Ícaro…

Como Ícaro el padre de Oscar perdió su vida, pero de un modo distinto, el se encontraba las 24 horas del día trabajando y no podía ni siquiera estar con su familia, se dedicaba a trabajar en su oficina con su ordenador, y el único deseo que tenía era que su hijo fuera como él.
Oscar no tenía madre y vivía solo en una casa lejos de la oficina de su padre. Su padre, Andrés es el jefe de tres empresas muy importantes, eso no le importaba a su hijo, ni estudiar, porque no quería ser como su padre.
A los 15 años decidió dejar de asistir a clases y se las arreglaba para que no se enterara su padre. Y, después de un año su padre se dio cuenta de que había dejado de asistir al instituto y se enfadó tanto que le dio una paliza tan grande que Oscar acabó con el cuerpo lleno de moratones, le dijo que no volvería a hablar con él y después de un tiempo se fugo de casa.
Vivía con malas compañías y se enganchó a las malas costumbres. Ellos eran como iones negativos que se iban alejando cada vez más uno del otro. El padre reflexionó detenidamente y decidió que ya no tenía hijo, decidió dejar de buscarle.
Oscar en cambio mientras estaba pidiendo limosna encontró a una antigua amiga suya de la escuela que hacía mucho tiempo que ya no veía. Ella no tenía mucho dinero y vivía sola porque sus padres trabajaban en otro pueblo y no podían estar con ella, por eso que ayudó a Oscar y lo llevó a casa (a fin de cuentas eran amigos). Estuvieron varias horas hablando de sus vidas y el tiempo pasaba muy deprisa. Se hacía tarde y Oscar quería irse para no molestarla, pero ella insistió en que los amigos se tenían que ayudar y le dijo que se podía quedar todo el tiempo que quisiese y que no pasaba nada.
Oscar decidió deshacerse de su mala vida y decidió volver a estudiar. Su gran amiga, Rosa le había sacado de lo que era su pozo y estaba preocupada por su padre ya que hacía tiempo que no lo veía. Rosa convenció a Oscar para que fuera a visitar a su padre, pero cuando Oscar habló con la recepcionista  ella le respondió que Andrés no tenía ningún  hijo, fue entonces cuando se dio cuenta de que su padre ya no le quería.
Empezó una nueva vida y Oscar aprendió que en esta vida no hay que ir ni muy alto ni muy bajo.

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